TALLER DE RELIGIÓN
1. Realizar las lecturas.
2. Elaborar un cuadro comparativo entre las concepciones que tenían acerca de la muerte los MAYAS y los AZTECAS.
3. Pega una imagen relacionada o puedes dibujar.
LA MUERTE EN LA COSMOVISIÓN MAYA
Detalles
Escrito
por Julio Menchu
Creado:
28 Mayo 2012
LA MUERTE EN LA
COSMOVISIÓN MAYA
Por Kab’lajuj keme’ (Ines Puluc
Boror)
tomado de: abakmatematicamaya.blogspot.com
|
¿Quién no ha
pensado en la muerte, Quien no ha pensado en su muerte? A muchos estos
interrogantes les produce miedo, terror, pánico; otros prefieren no pensar en
ello y simplemente esperar el momento, el momento en que la muerte les llegue
como si estuviera lejos. La muerte es algo con el que convivimos todo el
tiempo, en todo momento; esta en nosotros ahora, mañana pasado, como lo estuvo
ayer pues es parte de la misma vida. Por lo mismo no podemos negar que se encuentra
entre nosotros y nos acompaña siempre. En los idiomas mayas, la palabra
KAMÏK significa Muerte. Y en el caso del kaqchikel para decir hoy, o
ahora se utiliza esta raíz de palabra WAKAMI. En otras variantes se utiliza
KAMI. Por lo mismo se dice que la muerte e ahora, hoy u en todo momento.
La muerte en la
cultura maya no es algo que causa miedo, pues no significa el fin de nuestra
existencia, significa un cambio de estado donde lo material se vuelve energía
para ubicarse en el mismo espacio en otra dimensión, una dimensión energética a
donde sólo podemos trasladarnos cuando se experimenta la muerte, la muerte en
la escritura glifica lo figuran como un viaje.
En el momento de
la concepción del ser no es el inicio de la vida, más bien, es una nueva forma
de dar continuidad a la vida, alguien que viene para servir, luego morir, pero
seguir viviendo y así sucesivamente. Este es el fenómeno cíclico de la vida,
energía embrión energía, se viene a esta vida para desarrollar la misión que
cada uno trae para su comunidad según su nawal espíritu protector también
se le conoce como ch’umilal, que a la vez que le protege también le conduce en
su misión de acuerdo al día de nacimiento de acuerdo al cholq’ij. Cuando alguno
de la familia muere se le debe colocar en su caja algunas de sus pertenencias,
así como sus utensilios personales, un vaso, un plato o su bebida favorita pues
le serán de mucha utilidad, considerando que la muerte es sólo un cambio de
estado físico a un estado espiritual donde también se necesita del apoyo de los
que estamos vivos.
En el Pop Wuj,
encontramos a Junajpu’ e Ixb’alanke decidieron como morir, sus huesos fueron
molidos y luego tirados al río, enseguida aparecen en el río como dos peces
después se transforman en ancianos y se presentan ante los señores de
Xib’alb’a’. Eso indica, que morimos tantas veces como nacemos en diferentes
lugares de la tierra, y mientras mejor seamos en la vida presente, mejoraremos
nuestra vida futura para el servicio de la comunidad, en otras palabras, la
vida después de la muerte se condiciona por la forma de vivir actualmente y
mejora a medida en que aprendemos a vivir de una mejor manera con los nuestros
y el universo que nos rodea, del cumplimiento de los valores que la sociedad ha
aceptado y se valora como forma de vida. (Conviene aclarar que este sentido es
diferente al occidental en que esto se toma como re-encarnación algo en que los
mayas no creemos)
Imagen tomada de:
asiahistoria.blogspot.com
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Esta otra forma
de vida energética no se encuentra alejada de la vida presente, nuestros
familiares necesitan siempre del apoyo de nosotros y una forma de brindar este
apoyo es a través del sagrado fuego (ceremonias) en los hogares y cementerios,
ahí se pide por los espíritus para que no caigan ni tropiecen, también
para que encuentre todo el apoyo que necesiten. Otra forma de apoyarles es el
no andar corriendo por los cementerios pues son lugares sagrados, en nuestro
caso, nuestras abuelas y abuelos, madres y padres nos aconsejan, el día de los
muertos, no andar corriendo porque el espíritu de los que ya se fueron andan
todo el tiempo con nosotros, por la casa, en los campos, en las calles,
paseando y visitando a aquellos familiares que aún viven materialmente y si
alguien anda corriendo podría empujar a una de estos espíritus y podría tener
consecuencias por lo mismos a través de un accidente, una enfermedad o alguna
otra desgracia.
En las
comunidades mayas en cada 2 de noviembre, es un día especial dedicado a todos
los difuntos, se realizan actividades muy alegres para la convivencia con los
familiares y amigos que se encuentran con nosotros en otro estado de la vida,
estado espiritual. En la mayoría de las familias ofrecen candelas,
incienso, flores, bebidas, comidas; chocolate, pan, elotes, güisquiles y muchas
otras cosas. Todo esto se da a los difuntos como un recordatorio de lo que cada
uno de ellos hizo en vida, así mismo como una forma de agradecer la generación
que han dejado, donde también se les pide ayuda espiritual. Este ritual se
realiza en la casa de la persona o en el cementerio por los mismos familiares.
En la
cultura maya o en nuestras comunidades hablar de los muertos es
algo natural, no temible, y se hace con mucha reverencia, ellos están presentes
siempre en ocasiones de fiesta y de dolor, por ello, cuando hay fiesta, a los
muertos se les sirve su licor y alguna comida en algún altar que se tenga,
cuando hay dolor se les pide perdón y su ayuda para aliviar las penas.
Cuando sucede alguna
desgracia en la familia, rápidamente se revive la situación y se acude a ellos
para solventar lo sucedido, a veces se logra solventar, en otras ocasiones ya
es muy tarde y por ello se debe de respetar y servir siempre la memoria los que
ya partieron.
Como
comunicarnos con nuestros muertos lo podemos hacer por medio de los sueños y su
interpretación son de todas las culturas, no específicamente para una sola, en
el caso nuestro, nuestros abuelos los mayas lograron desarrollar a plenitud la
habilidad de comunicarse con los antepasados a través de los sueños. Esta forma
de comunicación se da cotidianamente. A través de los sueños los muertos nos
anuncian las alegrías, las penas, los problemas; ellos anticipan las cosas, los
anuncios positivos o negativos que ellos presentan depende de la buena relación
y del servicio que se les ha dado.
Las frase o
contexto que en la actualidad utilizamos para afirmar que alguien de nuestra
familia o de nuestro circulo paso a la otra vida a descasar o a continuar con otra
función en otro espacio normalmente se escuchan estas frases ¡Se nos adelantó
el Sr. Tal, ya lo alcanzaremos...! -¡Se fue la señora tal, ya la iremos a
acompañar...! Son expresiones que se escuchan en los cementerios cuando se va a
sepultar el cuerpo de una persona. Estas expresiones nos vuelven a recordar que
existe un lugar a donde todos llegaremos, un lugar donde todos tenemos que
pasar para continuar con nuestra vida espiritual. Y para reafirmar esta frase
tomo las palabras literalmente de una tesis de Necely Lorena coronado donde
ella le hace la dedicatoria a la abuela, (a mi abuela persona sin saber leer y
escribir, fue la primera quien me acompaño a la universidad,
y quien se nos adelanto en este camino a la otra vida) por lo mismo la muerte en
la cosmovisión maya es un cambio de estado que estamos seguros que las energías
de nuestros abuelas y abuelos nos acompañan siempre y estamos seguros que los
volvemos a encontrarlos en la otra vida.
En el contexto
de la cultura maya, todo es sagrado, un árbol, el agua, la tierra, los
animales, las personas, los alimentos son sagrados, al igual que los
cementerios; un cementerio es pues es un lugar sagrado donde van a dar todas
las generaciones que han pasado por esta vida y han educado y servido a los
Creadores y Formadores como a las personas que pasamos por este mundo. Es un
lugar donde prevalece el silencio, la ornamentación y al mismo tiempo la
energía de todos los difuntos, energía que se puede sentirse al momento de
ingresar a un cementerio y que en algunos casos benefician a la persona y en
otros no. Esto depende de la vida armoniosa de la persona. Los cementerios son
lugares que merecen cuidado y protección ya que si los descuidamos perderemos la
ilación con nuestros antepasados y luego nos perderemos como humanos.
Es por esta
forma de pensar que en el día de los difuntos los cementerios son adornados con
hojas de pino, flores, coronas y se sirven, alrededor de los panteones, licor,
elotes, güisquiles, naranja, chocolate y otros elementos para compartir
con los difuntos, (ellos se alimentaran de los aromas que despiden dichos
alimentos).
LA COMUNICACIÓN
CON LAS ABUELAS Y ABUELOS POR MEDIO DE LOS BARRILETES
En ciertas
comunidades Mayas, para el mes de noviembre, se elaboran barriletes pequeños de
nylon o papel de china de diferentes colores, estos barriletes regularmente se
elaboran por los niños y jóvenes y son ellos quienes los elevan por el aire.
Para los mayas el barrilete cuando vuela simboliza la elevación del cuerpo en
estado material a lo espiritual, también es un elemento que permite la
comunicación con los muertos y los niños por su inocencia son más escuchados.
Hoy día la elaboración y el juego de barriletes se han vuelto un arte, una
expresión de poesía que desarrollan niños, niñas y adultos, sin embargo, lo más
importante es que no ha perdido su objetividad, el respeto y la comunicación
con las abuelas y los abuelos.
De acuerdo con
la tradición Maya Kaqchikel los cometas es una vía de comunicación entre los
vivos y sus ancestros y en este día el ser supremo los libera en un lapso de
tiempo de 24 horas para que visiten a sus familiares bajo ese contexto los
barriletes son utilizados para ser bien recibidos y no les causare daños y guiar
a los difuntos.
El diseño de
cada uno de los barriletes es producto de la creatividad y una ardua labor de
jóvenes que agrupados en diversas asociaciones, este tipo de actividades
se realiza en Santiago y Sumpango Sacatepéquez ambos son Kaqchikeles la
diferencia es que en santiago Sacatepéquez tiene mas 120 años de participación
formal y sumpango Sacatepéquez cuenta con 30 años de participación formal,
según memoria de los pobladores.
En Guatemala,
particularmente en las comunidades de Sumpango y Santiago Sacatepéquez, la
elaboración y vuelo de barriletes ha tomando cada año mayor auge. En Santiago
Sacatepéquez los barriles se elaboran para ser elevados en el cementerio de la
localidad donde se da la relación con los muertos; Sumpango se diferencia con
la realización de festivales de barriletes gigantes con mensajes
reivindicativos a la cultura Maya. En sí, ambos pueblos apuntalan hacia el
desarrollo y la reivindicación de la cultura maya.
Author: Ines Puluc
(Kablajuj Keme)
Profesor de historia.
Epigrafista.
Maya Kaqchikel de San Juan Sacatepéquez
Epigrafista.
Maya Kaqchikel de San Juan Sacatepéquez
La muerte entre los Aztecas: un viaje al Mictlán
Por
-
2 noviembre, 2016
2475
CIUDAD DE MÉXICO, 2 de noviembre (AlmomentoMX).- En México el 1 y
2 de noviembre se celebra los días dedicados a los muertos. Tanto entre los
Aztecas, como en el resto de las culturas prehispánicas, la muerte era abrazada
con respeto y sin temor. Estaba presente en su cosmogonía, en su filosofía, en
sus mitos y en sus festividades. Todo giraba alrededor de la dualidad
vida-muerte, todo tenía su contraparte, como un principio fundamental entre los
aztecas.
Esta dualidad partía del hecho de los
períodos de lluvias y secas. En el primero todo florecía, mientras que en lo
segundo todo se secaba. Sin embargo, los ciclos naturales les enseñaron que
tras el período de secas, nuevamente regresaba un período de florecimiento y
este movimiento continuo explicaba a su vez la existencia de las noches y los
días, y de la vida y la muerte.
Los Aztecas entendieron que para que
existiera esta dualidad que indiscutiblemente generaba vida, ellos tenían la
responsabilidad de mantener un equilibro entre los hombres con el universo y
por ello, se explica que realizaran sacrificios humanos, ya que de la muerte,
surge la vida.
¿A DONDE IBAN LOS MUERTOS?
Los hombres y mujeres tenían
destinados un lugar específico al momento de su fallecimiento. Por ejemplo, se
tenía la creencia que los guerreros muertos en combate o en sacrificio eran
elegidos para acompañar al sol desde su nacimiento por el oriente, hasta el
mediodía, y las mujeres muertas en parto – quienes eran
consideradas como guerreras por la lucha que tuvieron que sostener al dar a luz
– eran elegidas para acompañar al Sol desde el mediodía hasta el
atardecer. Pero sólo los hombres, al cabo de cuatro años de acompañar al astro
rey en sus viajes diarios, se convertían en aves de rico plumaje para regresar
así a la vida terrena.
El tlalocan, era otro lugar donde
iban los muertos, pero aquí iban los que partieron de esta vida por diversas
enfermedades como la gota, la sarna, la lepra, por ahogamiento o por un
rayo. Se tenía la creencia de que este era el lugar de las delicias, de
veraneo, de verdor absoluto, en donde no hacía falta nada. En él residía el
Dios del agua y sus ayudantes, los tlaloques.
Y el tercer lugar a donde se dirigían
los muertos era el Mictlán al que iban todas las personas que morían de muerte
natural o de enfermedades no relacionadas con el agua. Se creía que para llegar
a este sitio, se tenía que atravesar un largo camino lleno de peligros entre
los que estaban: el lugar de la culebra que guarda el camino, y el lugar del
viento frío de navajas.
En el Mictlan residía una dualidad: Mictlancihuatl
y Mictlantecuhtli, señor y señora del mundo de los muertos. El Mictlan era
concebido también de forma dual, como una caverna a través de la cual llegan
los muertos, pero de igual forma era el lugar del nacimiento de los hombres. Y
de este último punto, se encargó – de acuerdo a la mitología náhuatl – el Dios
Quetzalcoatl, como podemos ver en el siguiente relato tomado del libro: “Los
Antiguos Mexicanos”, de Miguel León Portilla:
“Y luego fue Quetzalocoatl al
Mictlan,
se acercó a Mictlantecuhtli y
Mictlancíhuatl y en seguida les dijo:
-“vengo en busca de los huesos
preciosos
que tú guardas,
vengo a tomarlos”
y le dijo Mictlantecuhtli:
-“Que harás con ellos, Quetzalcoatl?”
y una vez más dijo (Quetzalcoatl)
-“Los dioses se preocupan porque
alguien viva en la tierra”.
Y respondió Mictlantecuhtli:
-“Está bien, haz sonar mi caracol
y da vuelta cuatro veces
alrededor de mi círculo precioso”.
Pero cuando Quetzalcoatl recogió los
huesos y se alejó, tropezó cayendo al suelo, donde se esparcieron los
huesos. Cuando finalmente logró salir, los bañó con su sangre, a la vez que los
dioses hicieron penitencia, logrando así el nacimiento del género humano. Con
este relato, nos damos cuenta nuevamente cómo se repite el concepto dual de los
aztecas, ya que de los huesos de los muertos, nació la vida.
ANIMALES REPRESENTATIVOS DE LA MUERTE
Los aztecas también tenían la
creencia de que algunos animales eran representativos de la muerte y el
murciélago era uno de ellos ya que vive dentro de las cuevas y sólo sale de
noche. Pero también, de acuerdo a su mitología, las lagartijas y las
serpientes eran animales que asociaban con la muerte ya que según sus
relatos, estos animales eran encontrados en el recorrido que tenían que hacer
los muertos hacia el Micltan. El perro era otro que tenía una conexión
con la muerte, pero de forma benéfica que ya que eran ellos quienes ayudaban a
los difuntos a cruzar el río de las regiones de los muertos. Y
sumados a los anteriores, aparecen también los jaguares, los búhos, las
lechuzas, las arañas, los alacranes, los ciempiés y los gusanos, todos
los cuales tenían diferentes conexiones con los muertos.
LA MUERTE, UNA FIESTA
Con todo lo anterior, nos damos
cuenta de la importancia que la muerte tenía entre los aztecas quienes también
la celebraban de diversas formas. Por ejemplo: se sabe que el noveno mes
del año de su calendario, era dedicado a la fiesta de los muertos niños. Para
ellos, se realizaban ritos y festividades con los que se les recordaban y a la
vez se prevenía su muerte mediante hechizos que realizaban los ancianos. Pero
también el décimo mes del año, hacían grandes solemnidades sacrificando un gran
número de hombres, colocándoseles abundantes ofrendas a su alrededor mientras
un grupo de jóvenes bailaban en torno suyo adornados con plumas y joyas, lo
cual era una forma de celebrar la muerte y darle la bienvenida a la vida.
Es por eso que todavía hoy en día los
mexicanos seguimos celebrando la muerte y lo hacemos porque es una tradición
que nos acera con nuestro pasado, reafirma nuestra cultura y nos permite
relacionarnos con ella para conocerla más de cerca, así como lo hacían nuestros
antiguos mexicanos.
Por eso, este 1 y 2 de noviembre
celebraremos como todos los años, los días de muertos.
De acuerdo con la cultura azteca, cuando la gente
moría se encaminaba a distintos lugares: aquellos que morían durante la guerra
y las mujeres que morían durante el parto iban hacia el Tonatiuhichan o Casa
del Sol; los muertos por causas relacionadas con el agua, iban hacia el
Tlalocan o Casa de Tlaloc; y los niños muertos antes de nacer, regresaban al
Chichihuacauhco.
Por su parte, los que morían de
muerte común iban al Mictlán, que era el último de los nueve niveles del
inframundo ubicado al norte y tierra de descanso eterno; estaba gobernado por
Mictlantecuhtli y su señora Mictlancíhuatl quienes se encargaban de recibirlos.
Para lograr el descanso eterno, los
muertos debían hacer un duro recorrido por ocho niveles del Mictlán; al cabo de
cuatro duros años de retos y ayudados por Xolotl (dios del relámpago y los
espíritus), los muertos llegaban al Chicunamictlan, que era el noveno y último
nivel donde alcanzaban la liberación de su tonali (alma).
Los nueve niveles del Mictlán eran
los siguientes:
En el Apanohuaia o Izcuintlan había
un río que sólo podía cruzarse con la ayuda del perro Xolotl,
El Tepectli Monamictlan era el lugar
donde los cerros chocaban entre sí.
Iztepetl, o cerro de navajas
Izteecayan o lugar en el que sopla el
viento de navajas
El Paniecatacoyan era una zona
desértica y fría, ubicada al pie del Izteecayan,
El Timiminaloayan era un sendero con
manos invisibles que acribillaban a los pasantes con sus puntiagudas saetas
En el Teocoyocualloa había una fiera
que se comía el corazón de la persona y después ésta caía en un lago donde un
caimán lo perseguía
El Izmictlan Apochcalolca o el camino
de la niebla que enceguece era un lugar con nueve ríos que la persona debía
cruzar.
Por último, el Chicunamictla, como ya
lo mencionamos, era el lugar de descanso eterno donde se liberaba el tonali.
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