El papel de la mujer en
la religión (8- Religión- Tercer periodo)
El teólogo Juan José Tamayo
Acosta analiza la situación de inferioridad femenina en el mundo espiritual
13 Septiembre, 2008 - 05:00h
La discriminación que
tradicionalmente ha sufrido la mujer en la práctica totalidad de las religiones
a lo largo de la historia ha sido el tema central del curso Religión, género y
violencia, que ha dirigido durante esta semana el doctor en Teología Juan José
Tamayo Acosta. "La religión se lleva muy mal con las mujeres, mantiene una
relación conflictiva, a pesar de que ellas han sido siempre su público más fiel
y las encargadas de la educación religiosa, debido a su estructura y a su
organización patriarcal", señaló ayer el teólogo.
Según Tamayo, los tres aspectos
principales de discriminación son "la doctrina, la organización y la
experiencia, donde ellas siempre han estado excluídas". En cuanto a la
doctrina, "los textos están elaborados en un lenguaje patriarcal",
con el claro ejemplo de la Trinidad, "donde los tres personajes son
masculinos". La organización discrimina a las mujeres, "especialmente
en las religiones monoteístas, siendo el judaísmo el movimiento religioso en el
que más se ha avanzado últimamente", continuó Tamayo. Finalmente, "la
experiencia religiosa del varón siempre ha sido el ejemplo a seguir, mientras
que a las experiencias femeninas de este tipo han sido consideradas siempre
alucinaciones", prosiguió el teólogo, quien añadió que "los castigos
para las místicas siempre han sido más numerosos y mayores para las iluminadas
que para los iluminados".
Tamayo señaló que si la religión
cristiana no acomete un cambio en su estructura patriarcal, el siglo XXI será
el del abandono de la mujer. "En el siglo XIX el cristianismo perdió a los
trabajadores, en el XX a los intelectuales y a los jóvenes, y en el siglo XXI
las mujeres desaparecerán de la religión por propia convicción, porque
reconocen que su papel no tiene que estar supeditado a esta estructura
patriarcal".
A pesar de la influencia de la religión,
Juan José Tamayo indicó que una sociedad laica no tiene por qué ser garantía de
igualdad entre hombres y mujeres, "y uno de los casos más claro en la
historia es del de la Revolución Francesa, ejemplo claro de laicismo donde las
mujeres continuaban en situación de inferioridad".
Referencia bibliográfica: http://www.diariodesevilla.es/ocio/papel-mujer-religion_0_186281445.html
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